Esto parece una historia sacada de algún cuento de horror: Hoy, sólo 13 de cada 100 niños que comienzan la primaria llegan a la educación superior en México. ¿Que va a pasar con los restantes 87? Unos cuanto tendrán la suerte de haber nacido en un hogar con ingresos de varios salarios mínimos, otros quizás tendrán algún golpe de suerte y se sacarán la lotería, pero ¿Que va a pasar con los demás? Esto es un destino terrible y muy difícil de leer y asimilar correctamente. Las descomunales dimensiones de este tipo de acciones de gobiernos aberrantes empecinados en luchar contra los narcotraficantes mas no construir mas escuelas para evitar que jóvenes desocupados consideren opciones de muerte. Como dice el atinado artículo de Emir Olivares Alonso de La Jornada, no es que nuestros jóvenes sean burros o que hayan reprobado los exámenes de admisión a las universidades públicas, sino que no hay espacios. No es proporcional el número de nacimientos a la creación de espacios educativos. ¿A donde vamos a ir a parar? El solo imaginarme el destino de millones de jóvenes sin puertas abiertas a la educación que les agregaría tan solo un granito de arena en la construcción de una vida plena, de tantos jóvenes atrapados y sin salida en un sistema que los oprime, que los aprieta, que no les da alas para que echen a volar todo ese enorme y precioso potencial que cada uno de ellos tienen consigo. ¿Que van a hacer? ¿Que opciones van a tener? No hay nada mas peor para una sociedad el ver a su juventud irse al fango del crímen, la prostitución o los vicios.
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